Estaba cursando el tercer año de secundaria en la Técnica
no. 83 de Torreón, en donde, yo había ganado las candidaturas para sociedad de
alumnos, hacer que la escuela se enfocará en el ámbito deportivo, crear un
equipo de fútbol para entrar al famoso torneo “La Copa Coca-Cola”.
Al invitar al profesor de Química, quien aceptó, iniciamos un equipo humilde para representar nuestra escuela. Estuvimos entrenando alrededor de 2 meses para realizar esta copa. Nadie creía en nosotros, pensaban que éramos solo relajo y que no nos tomábamos nada en serio y eso nos animaba más a dar el máximo.
El torneo fue rápido 3 encuentros, y pasas a eliminación directa, empatamos el primero y eso hacía burlas para nosotros, pero el segundo y tercero logramos ganar y pasar a liguilla. En las eliminaciones fuimos avanzando con dedicación y empeño y la gente comenzó a creer en nosotros, hasta que llegamos a la gran final.
Inició la final en contra del colegio Cumbres; fue la primera final varonil en la que nuestra escuela llegó. Fue sorprendente la cantidad de personas que fueron a vernos jugar y apoyarnos, se realizó en el ITESM y estaba que no cabía ni un alma más. El partido se llevó a cabo en donde la iniciativa por ganar y querer anotar fue nuestra, pero batallamos mucho, hasta que al final pudimos anotar. La emoción y sentimiento por lograr esa anotación fue impresionante, hasta que Cumbres, quién saco de medio campo disparó a nuestra portería y nuestro guardameta dejó pasar el balón. Nuestra alegría duro pocos segundos.
Nos fuimos a penales y los nervios estuvieron a flor de piel; nuestro portero atajó el primer penalti y nosotros fallamos el segundo y nuestro quinto tirador estaba nervioso y estuvo a punto de fallarlo pero se le fue por en medio de los pies y nos fuimos a muerte súbita y duró mucho, todos los jugadores participantes tuvieron que ejecutar un penalti hasta que el portero de Cumbres falló y nuestro portero anotó y pasó de ser villano a héroe y así fuimos campeones.
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| Logotipo oficial de la Copa Coca Cola |
Al invitar al profesor de Química, quien aceptó, iniciamos un equipo humilde para representar nuestra escuela. Estuvimos entrenando alrededor de 2 meses para realizar esta copa. Nadie creía en nosotros, pensaban que éramos solo relajo y que no nos tomábamos nada en serio y eso nos animaba más a dar el máximo.
El torneo fue rápido 3 encuentros, y pasas a eliminación directa, empatamos el primero y eso hacía burlas para nosotros, pero el segundo y tercero logramos ganar y pasar a liguilla. En las eliminaciones fuimos avanzando con dedicación y empeño y la gente comenzó a creer en nosotros, hasta que llegamos a la gran final.
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| Integrantes del equipo campeón. |
Inició la final en contra del colegio Cumbres; fue la primera final varonil en la que nuestra escuela llegó. Fue sorprendente la cantidad de personas que fueron a vernos jugar y apoyarnos, se realizó en el ITESM y estaba que no cabía ni un alma más. El partido se llevó a cabo en donde la iniciativa por ganar y querer anotar fue nuestra, pero batallamos mucho, hasta que al final pudimos anotar. La emoción y sentimiento por lograr esa anotación fue impresionante, hasta que Cumbres, quién saco de medio campo disparó a nuestra portería y nuestro guardameta dejó pasar el balón. Nuestra alegría duro pocos segundos.
Nos fuimos a penales y los nervios estuvieron a flor de piel; nuestro portero atajó el primer penalti y nosotros fallamos el segundo y nuestro quinto tirador estaba nervioso y estuvo a punto de fallarlo pero se le fue por en medio de los pies y nos fuimos a muerte súbita y duró mucho, todos los jugadores participantes tuvieron que ejecutar un penalti hasta que el portero de Cumbres falló y nuestro portero anotó y pasó de ser villano a héroe y así fuimos campeones.
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| Equipo campeón festejando con la copa. |
Gerardo Ríos
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